Nueva derrota

Los Sixers continúan con la tónica de ganar partidos y jugar de lujo. Ah perdón, que estamos en la campaña 08-09. Nueva derrota y la sensación de que no arrancamos.Lo único bueno y que me da motivos para esperar una recuperación es que el calendario este mes no es del todo malo. Pero jugando como ayer difícil ganarle incluso al Menorca.
El partido de Brand fue la cosa más rídicula que el que les habla vió en bastante tiempo. Realmente creo en este momento Evans aporta más que Mr "80 millones" , su estado de forma es lamentable.Sí, hay días en los que coge rebotes, pero eso ya lo hacía Reggie el año pasado. Se le fichó y se le pagaron diez millones más que el susodicho para que en ataque ofreciera muchísimo más de lo que puede dar Evans, pero esto es difícil viendo el estado de forma en el que se encuentra. Y no sólo hablo de que fallé tiros. Ayer se arrastró por la pista. Sé que es injusto centrar mis criticas en él, ya que es un recién llegado y se pasó todo el curso pasado en el dique seco, pero lo de ayer os aseguro que colma la paciencia de cualquiera. Vaya imagen. Evans sabe que en ataque es limitado y ya no hace nada, pero es que Brand ya no es que no sume sino que además ayer restaba. No entiendo como Cheeks viendo el estado en el que se encuentra no opta por reducir al menos sus minutos hasta que este al 100%,porque perjudicó bastante al equipo.El chaval lo intenta, pero es que en este momento no da para más.
En cuanto a Iguodala pués más de lo mismo, combina tramos buenos con errores de mucho bulto. Si por una parte hizo un buen tercer cuarto, y fue un jugador importante para la remontada, en el último fue uno de los principales causantes de la derrota, con pérdidas que no cometerían ni niños que juegan en alevines.

Deron Williams debutaba ayer, mientras que eran baja Okur por problemas familiares y Harpring. Los de Utah salieron un poco a remolque en los primeros minutos, pero acabaron cogiendo el tono para irse gracias a un tremendo Carlos Boozer, 26-20 al final del primer cuarto.
Andre Miller estaba haciendo un gran partido, centrandose como ya había dicho hace unos días en lo que tiene que hacer, penetrar. Y así lo hizo, dejando el tiro como un recurso solo para momentos puntuales. El segundo cuarto fue bastante peor para Phila, ya que Boozer seguía campando a sus anchas por la zona local causando verdaderos estragos, acompañado por un buen Kirilenko que jugaba con mucha suficiencia. Al descanso, 49-37 para los mormones, y la sensación de que jugaban incluso a medio gas. No podía imaginar que fueramos capaces de acercarnos en el tercer cuarto.Pero así fue. Y más que mérito nuestro, démerito de los Jazz, que salieron muy relajados, pensando que el partido ya estaba ganado. Un correcto Iguodala, y un gran Andre Miller se encargaron de poner a los de Philadelphia con ventaja al final del tercer cuarto, 67-63 tras firmar un parcial de 30-14. Pero simplemente fue un espejismo. En el último todo volvió a los derroteros anteriores, un calco, y los Jazz se llevaron un fácil triunfo.

El único jugador Sixer que estuvo ayer a un buen nivel fue Miller, 25 puntos y 6 asistencias. Si se dedica a penetrar solamente, sus partidos suelen ser siempre bastante buenos.Por lo demás mal día para Thaddeus, 9 puntos y 11 rebotes, pero con un 3-15 en t/c. Iguodala 15 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias, pero fallando en los momentos importantes.Brand 13 puntos y 5 rebotes. Malos números, aunque tampoco "horripilantes". Que nadie se engañe con ello, su actuación fue lamentable. Lo de "manos de mantequilla" lo voy a hacer habitual en este blog.

Por los Jazz, Boozer destrozando y comiéndose a Brand, acabó con 19-16. Brewer hizo un partidazo, 16 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. Además Millsap y Kirilenko ayudaron mucho con sus 16 puntos cada uno. Deron algo apagadillo, normal tras regresar de una lesión, 7 puntos y 9 asistencias.

Philadelphia 80-93 Utah: Boxscore

No voy a comentar más, porque con el cabreo que tengo y teniendo en cuenta que volvemos a jugar esa noche, es mejor dejarlo así. A ver que imagen damos en Toronto. Por cierto que al final del partido, la poca gente que quedaba, despidió al equipo con una sonora pitada.